Bodegones fotográficos
Antecedentes. Los géneros fotográficos
Entender a la fotografía a través de sus formas de expresión es una tarea titánica; por eso es tan necesario crear un mapa de análisis. El sistema que planteo aquí para entender y clasificar la fotografía es el de los géneros fotográficos.
Es cierto que hoy en día existen muchas formas de expresión fotográfica, pero todas ellas se pueden agrupar en los géneros clásicos. Esta afirmación podría resultar chocante para algunas personas, pero hay que entender algo: lo que cambia es el simbolismo y el uso de técnica; los motivos a retratar siguen siendo los mismos. Es ahí donde radica la belleza de la evolución visual, en su capacidad de reinventarse a tal grado que pareciera desconocer a su predecesor. Si analizamos con detenimiento, y de manera objetiva, la historia de la fotografía, veremos que los géneros propuestos desde el inicio siguen siendo la mejor guía de clasificación. Enseguida describo cuáles son estos géneros. Cabe señalar que el ser humano es el centro y motivo de esta categorización.
- Retrato. La descripción del ser humano, la búsqueda de la personalidad. Algunas personas dicen que es la descripción del alma (Fotografía 1).
- Paisaje. El lugar donde vivimos. Ya sea un ambiente creado o no por las personas, éstas viven y se desarrollan en espacios geográficos determinados. Documentarlos es el motivo central de este género (Fotografía 2).
- Naturaleza muerta o bodegón. Los objetos del ser humano, no solo los que produce, también los que consume o utiliza para compañía. El simbolismo es el eje central de esta categoría (Fotografía 3).
- Reportaje. La actividad del ser humano. No solo nos entendemos como individuos, a través de la personalidad, sino también con lo que somos en nuestras relaciones sociales. Lo que hacemos afecta a los demás y al entorno. Documentar esta relación es la meta central de la fotografía de reportaje (Fotografía 4).
- Fotografía científica. Lo que los humanos no pueden ver de manera natural. Aquí la tecnología se convierte en nuestros ojos y nos ayuda a comprender nuestro universo. Nos remite a la búsqueda de causas a través de ser testigos de aquello que nos es invisible a simple vista (Fotografía 5).
Cada uno de estos géneros tiene muchas categorías, y en algunos casos existen varios niveles de clasificación; por ejemplo, el retrato psicológico es una subcategoría de retrato, y dentro de ella encontramos al retrato gótico o dark (Fotografía 6). A estas clasificaciones tan específicas las entendemos como estilos, pero considero que es muy importante entender al estilo desde su sentido de pertenencia en el ecosistema visual que establecen los géneros fotográficos.
Tipos de bodegones fotográficos
En este texto hablaré solamente del bodegón, naturaleza muerta o still life. Para comenzar a entenderlo hay que reconocer que estas denominaciones vienen de la pintura; de hecho, las primeras fotografías de este género respetaban las reglas de color, iluminación y color que apreciamos en la historia del arte desde hace mucho tiempo. Recordemos que las primeras pinturas de bodegones se encontraron en el antiguo Egipto, y que en el siglo XVI se estableció su forma más reconocible. Como todo medio de expresión, se ha ido transformando a la par que la sociedad, ya que los elementos simbólicos se transforman con el paso del tiempo. El bodegón fotográfico actual es el que documenta objetos creados, usados y consumidos por el ser humano.
La definición anterior nos abre un amplísimo panorama de opciones visuales; es por ello que necesitamos crear categorías que nos ayuden a entenderlas. En las líneas que siguen abordaremos una clasificación basada en el tipo de luz y sombra que el fotógrafo crea para componer una imagen fotográfica.
- Bodegón clásico. Es el más fiel a su antecedente visual, la pintura. La iluminación es claro oscura, es decir, las luces son controladas para que solo develen algunas partes de la imagen entera. Las sombras son igual de importantes que las luces; en ellas se perciben formas y texturas que también brindan información al espectador (Fotografía 7).
- Bodegón seco. Es el siguiente estado evolutivo del bodegón clásico. Las luces describen más a los objetos; las sombras solo sirven para dar volumen, pero no contienen mucha información. Las luces separan al objeto del fondo, ya que este tipo de imagen se realiza en gama tonal oscura, es decir, fondos negros o colores muy oscuros; así el objeto resalta por contraste de luz y color (Fotografía 8).
- Bodegón húmedo. Contrario al bodegón seco, esta categoría inunda la imagen de luz; se trata de imágenes muy claras y con fuertes brillos. Las sombras son muy tenues o inexistentes; los objetos se separan del fondo por reglas de composición, perspectiva o profundidad de campo (zona de enfoque y desenfoque). Tiene una personalidad más fresca y dinámica en comparación con las otras categorías, que tienen un aspecto más formal, estable y elegante (Fotografía 9).
La luz crea atmósferas, y esto es lo que nos permite desarrollar una personalidad visual; justo ahí es donde radica lo más importante de la labor del fotógrafo: tener la capacidad narrativa para crear una historia con el uso del equipo de iluminación y de fotografía. Crear fotografía de bodegón no es documentar lo que se nos presente frente a la lente; es una labor mucho mas compleja que requiere de investigación, planteamiento del estilo visual deseado, conseguir los recursos necesarios para la producción y, después de captar la imagen con la cámara, dar los últimos detalles en la postproducción.
La fotografía de bodegón es de las más demandantes en capacidades creativas, ya que no solo se trata del manejo de la cámara y las luces, sino de entender qué deseamos expresar, y que al final logremos compartir con nuestro público un mensaje claro.
Hasta aquí hemos visto que crear una fotografía requiere mucho más que solo dar un clic con lo que tenemos enfrente; sin embargo, hablaremos también de una segunda clasificación que es igual de importante que la anterior: la que identifica los tipos de bodegones con base en el uso de la imagen. El fotógrafo de bodegón no solo debe pensar en crear algo bello, sino también en algo que comunique eficazmente; es muy importante entender qué uso tendrá esa imagen como primer paso para abordar el segundo componente clave: la composición. La luz nos da personalidad, pero la composición ordena y hace claro y sencillo el mensaje que necesitamos trasmitir.
- Publicitario. Hoy en día es el bodegón más conocido; es el que consumimos en todas las comunicaciones comerciales que nos invaden en todo momento. Dentro de esta categoría podríamos incluir las fotos de comida, zapatos, equipo tecnológico y demás objetos que las personas comparten en redes sociales. En algunos casos no existe el propósito de promover un objeto, pero sí expresa un estilo de vida; esa es la razón de incluirlo aquí (Fotografía 10).
- Artístico. Cuando lo retratado no busca un fin comercial o promocional, sino de expresión puramente personal, de algún sentimiento o inquietud social. Es heredero orgulloso de la pintura y la escultura. La fotografía es el objeto, y no la representación de lo que contiene (Fotografía 11).
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Pedagógico. Yo sostengo que toda imagen es pedagógica, en la medida en que todo lo que existe contiene información y, por lo tanto, genera aprendizaje; pero para no crear polémicas interminables, consideremos a la fotografía de bodegón, en su categoría pedagógica, como aquélla que tiene un propósito educativo muy claro: compartir información que contribuya a la formación de las personas. La fotografía que se incluye en manuales, tutoriales y piezas de arte son ejemplos de esta categoría (Fotografía 12).
Si unimos las dos categorías descritas anteriormente de bodegón fotográfico podremos entender al bodegón contemporáneo. En el inicio de la fotografía el bodegón obedecía más a un sentido artístico, pero al demostrar su gran capacidad de reproducir lo que se tiene delante de la cámara, y que además esto podía ser creado a voluntad del fotógrafo, la publicidad se apropió de él y hoy en día es, junto con el retrato, uno de los tipos de imágenes más prolíficos.
Conclusión
La fotografía de bodegón evoluciona todos los días. A veces nos gusta pensar que lo que vemos y hacemos es algo nuevo, cuando en realidad solo es una mezcla diferente de componentes en la creatividad visual. Estos días no es común escuchar a alguien decir: “soy fotógrafo de bodegones”. Evitamos el término porque nos da una personalidad antigua. Hoy decimos que somos “fotógrafos de producto”, comerciales o de museo. Está bien; lo que realmente importa es hacer fotos que comuniquen de una manera clara lo que nuestro cliente necesite. El título de la profesión, da igual.
¡Saludos!